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Hotel Astrid - 27, avenue Carnot - 75017 Paris - Francia - Tel. : 33 (0)1 44 09 26 00 - Fax : 33 (0)1 44 09 26 01 |
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Esta princesa, originaria de un país frío, es un regalo para Suecia. Astrid nació el 17 de noviembre de 1905 en el castillo real de Estocolmo, hija del príncipe Carlos de Suecia, duque de Westrogothie, el cual fue a su vez, hijo del rey Oscar II, y de la princesa Ingeborg, hija de Frederik VIII de Dinamarca. Astrid Sophie Thyra Louise es una bella niña de ojos claros y cabellos negros, traviesa y lozana, educada en escuelas tradicionales para jóvenes de buena familia. Se apasiona por los cuentos y leyendas de su país así como por las fabulosas aventuras de Nils Holgersson. Su autora, Selma Lagerlöf, felicita a la joven lectora considerándola como " una niña tan pura e inocente como la blancura de la nieve ". |
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Princesa heredera de un país que apenas conoce, Astrid va a imponer progresivamente su estilo propio. Ella sabe ganarse instintivamente el afecto de todos. Astrid visita las regiones mineras afectadas por la crisis de 1935, conversa con los obreros y se preocupa por ayudarlos de manera concreta. Nadie se dirige a ella en vano. Dinero, provisiones y recomendaciones parten sin cesar de Laeken hacia quienes los solicitan. Las víctimas de la depresión sienten que Astrid no se ha olvidado de ellos. |
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El 4 de noviembre de 1926, Léopold contrae nupcias con la princesa Astrid de Suecia. La joven lleva un velo de puntilla de Bruselas. Es el comienzo de una gran historia de amor… |
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Léopold recibe a Astrid en Anvers. Su saludo se convirtió en un gesto célebre. Detrás de los futuros cónyuges, el príncipe Carl de Suecia y el rey Albert de los belgas… |
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Al ser no sólo padres jóvenes sino también jóvenes soberanos desde la muerte accidental de Albert Iero en 1934, Astrid y Léopold se convierten en un modelo para los movimientos de juventud que se van multiplicando en Europa. Después de las angustias provocadas por la Gran Guerra, esta nueva generación simboliza la esperanza y la paz. Gracias a los incitadores estímulos de la reina, numerosos jóvenes belgas ingresan en los scouts pues el scoutismo representa para ella una autentica escuela de vida.
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Si durante las manifestaciones oficiales la reina mantiene su rango utilizando un gran despliegue de plumas, telas preciosas y joyas, en su vida cotidiana, prefiere llevar ropa discreta, zapatos oscuros, un cárdigan y un loden. Así es como se pasea, con poco o nada de maquillaje, por el barrio popular de Marolles, siempre disponible y condescendiente. Encarnación del alma de Bélgica, la reina representa un icono al que todos pueden aproximarse sin temor. |
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Durante la Alegre Entrada de Anvers en 1928, dos mujeres vienen a ofrecer flores a Astrid. Leopold las lleva en sus manos. |
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La reina Astrid de Bélgica con su hija Joséphine Charlotte y acompañada por su hermana la princesa Martha de Suecia. |
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Sin embargo, durante su vida, incluso sin quererlo, será deificada . En su retrato oficial pintado por el pintor sueco Osterman, su rostro ornado con una diadema no sonríe. Seria y lejana, su mirada pareciera aceptar dicha fatalidad. A veces suspiraba : " ¡Ah! si la vida pudiera seguir siendo tal cual como es ". Pero el destino tenía otro designios.
En efecto, la reina Astrid falleció el 29 de agosto de 1935 en un trágico accidente de coche en Suiza, dejando huérfanos a sus tres hijos menores : Baudouin (que sucedió a su padre de 1950 a 1993), Albert (actual rey de Bélgica) y Joséphine-Charlotte. |
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